Liga Spanyol: Cádiz en Busca de Sentido en Medio de la Adversidad
Haber sido víctima del apogeo Nazi y haber estado prisionero en varios campos de concentración le dieron permiso suficiente a Víctor Frankl para escribir un libro que cualquier persona debería leer para darse cuenta de lo que realmente vale la pena en la vida. Y si nos permitimos aplicar las enseñanzas de esos renglones a la situación del Cádiz en esta temporada nos daríamos cuenta de que el equipo amarillo sigue buscando un camino que le dé sentido a su vida.
Normalmente el Cádiz ha venido acostumbrando a su afición a tarde la épicas de fútbol donde el corazón vencía incluso cuando no había fútbol en las piernas. Célebres victorias ante Celta, Valladolid o Valencia en la pasada liga o a domicilio ante el Alavés, dieron la salvación al equipo de Sergio González en el tramo final y también en la temporada anterior. Ayer, ante el Mallorca, o hace semanas ante el todavía equipo de Rafa Benítez, el Cádiz fue un mero extraño en su propio campo y eso va a terminar de condenarle en esta aciaga temporada.
Porque no tiene sentido alguno que la primera ocasión del equipo llegase en el minuto 48 de la primera parte; tampoco lo tiene que hubiera cuatro ocasiones claras (una acabó en autogol) en todo el partido. Se jugaba la vida pero las piernas no tenían fútbol y las cabezas no tenían ideas. Dentro de la búsqueda de sentido, tampoco lo tiene que Pellegrino reforzara con un tercer central (Fali) al equipo -en casa y ante un rival que defiende con todos y defensa de cinco- y no lo hiciera hace una semana en Girona en Montilivi donde se vieron desbordados. Sin sentido alguno.
Menos sentido aún tiene el espíritu de un técnico que tras el choque se alineó en la desazón y en la excusa: “Estamos pagando el resto de la temporada,” dijo. Dos partidos ha ganado el argentino desde que llegara en enero al club, lo que supone casi la mitad de la temporada. Llegó al cargo con el equipo a un punto de la permanencia y lo tiene a cinco. Llegados a este punto podríamos citar esta frase ligada la gran pregunta por el sentido de la vida: “No importa lo que esperamos de la vida, sino que importa lo que la vida espera de nosotros”. Y del Cádiz lo que todo el mundo espera es actitud, aunque las aptitudes estén lejos de ser las mejores.
Puede que tenga razón Pellegrino y que el equipo no tenga más de lo que hay pero él tiene que abanderar la actitud positiva y el mensaje de que el camino no será sencillo. Olvidar los números que dicen este Cádiz no ha ganado fuera de casa en todo el año y que ha perdido la fortaleza como local; también es el que menos goles marca de Europa y uno de los que más recibe. Si todo esto lo juntas en una coctelera, ni el más optimista de los sicoanalistas te diría que va a salir vivo del martirio que es un descenso para el club y para la ciudad pero sí te obligaría a entender que el verdadero sentido de la vida no es lograr la salvación sino actuar cada hora, cada segundo, con el rigor de una conducta recta en cada partido, con la confianza necesaria de creer pero sabiendo y asumiendo que el sufrimiento es inevitable.
